Autor: Entre Líneas

Cuando la desesperación aflora porque las cosas no se encaminan como se planeó, salen a relucir las ocurrencias más temerarias, las mentiras más insostenibles y los descuidos más elementales. La desesperación lleva a la impotencia y de ahí el desesperado cae en los insultos más cobardes lanzados desde el anonimato y otras conductas deleznables disfrazadas de “prensa” y “libre expresión”. El desesperado sin ideas trasculca en el vertedero de sus propias miserias y elige las peores para dedicarlas a sus blancos. Ya metido en esos quehaceres, el ejecutor no controla su diarrea mental y embarra todo por su rastro de…

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