Aquí la Fenapo, en Nuevo León los Macrofests. Lo mismo: conciertos gratuitos para “el pueblo” que los respectivos gobiernos estatales de San Luis Potosí y Nuevo León aducen que no les cuestan, los patrocina una anónima alma caritativa o, en los casos más caros, los artistas vendieron con inusual aprecio sus carísimos shows a precio de saldo.
Pero al gobierno de Nuevo León le acaban de exhibir la mentira: reportaba 7 millones de pesos por un show de Los Tigres del Norte o por Carín León. Falso de toda falsedad: cada uno costó al erario entre 20 y 25 millones de pesos, destaca el rotativo regio El Norte. Y ese es el costo real de figuras del espectáculo de ese nivel. Es el mercado del espectáculo y no admite gratuidades lelas ni cuentos de patrocinios inexplicables.
Cada que el gobierno potosino se ve obligado a responder por los costos de la Fenapo y otros espectáculos “para el pueblo”, sale con el cuento de las divas y divos con ánimo excepcional de Teresa de Calcuta porque aman el queso de tuna y las enchiladas soledenses. Nunca lo prueban.
¿A qué le tienen tanto miedo? ¿Por qué salir con cuentos increíbles en lugar de asumir su responsabilidad en la decisión de organizar espectáculos públicos? ¿Hay algún beneficio del que no quieren dar pista?
Asuman el costo de apostar por una política de mucho circo. Algo de madurez, señores, y dejen de tratar a los potosinos como imbéciles, que eso ofende.
