Natalia Jiménez creyó en San Luis Potosí… y se dejó querer.
En una Plaza de Fundadores abarrotada, la española que cada vez es más mexicana se presentó con su tour “La Jiménez”, durante el segundo día de actividades del Festival Internacional “San Luis en Primavera”.
Con “El triste”, canción compuesta por Roberto Cantoral, y una lluvia de serpentinas blancas que emocionó al público, la intérprete comenzó a calentar motores para una noche memorable.
Por el viento, algunas tiras de papel regresaron al escenario donde se atoraron, otras más envolvieron a Natalia, quien aprovechó el imprevisto para bromear con el público, con una gran sonrisa y actitud amena que mantuvo durante todo el concierto.
“Gavilán o paloma”, “Si quieres” y “Si no te hubieras ido” sirvieron como pretexto para recordar a José José, Juan Gabriel y Marco Antonio Solís; la gente las coreó tal y como Natalia Jiménez lo pidió, aunque muchas personas todavía mostraban algo de moderación y pena.
Entre canción y canción, Jiménez se acercó a la intérprete de lengua de señas mexicana que la acompañó en el escenario y le agradeció por su labor para que las personas con capacidades especiales pidieran también disfrutar del show.
Llegó el momento de que la intérprete deleitara a las y los potosinos con un popurrí de algunos de sus más grandes éxitos cuando formó parte de La Quinta Estación.
“Perdición”, una de las canciones que la catapultó a la fama fue la primera de ese bloque, seguida por “Recuérdame”, un dueto que grabó con Marc Anthony; luego continuó con “La frase tonta de la semana”.
Antes de interpretar “Algo más”, pidió a las miles de personas reunidas en Fundadores que encendieran las luces de sus celulares para acompañarla, y recordó que hace poco se casó en Guadalajara con un mexicano: “A huevo, para que vean que hay buen producto nacional”, lo que desató la risa del público.
Ya para ese momento, la gente se había desinhibido y a todo pulmón cantó: “Es darte un beso cada noche, que tus me enamoren y que lo nuestro crezca cada día más, porque somos algo más”, lo que conmovió a la española radicada en México desde hace 20 años. “Joder, me habéis puesto los pelillos de punta, coño”, dijo antes de la estrofa final.
Tras un cambio de ropa, Natalia Jiménez volvió al escenario para uno de los momentos más especiales de la noche. Su espectacular registro vocal, su belleza y su carisma se conjugaron para regalar una hermosa interpretación de “Creo en mí”, que dedicó al público reunido en la capital potosina. “Esta canción va de mi corazón al tuyo”, dijo visiblemente emocionada.
Mientras Natalia Jiménez se cambiaba otra vez de atuendo, el baterista demostró con un prolongado solo su talento como músico.
Vestida de negro y lista para repartir flores blancas entre quienes se encontraban en las primeras filas, Natalia Jiménez repasó algunos temas transgeneracionales que, dijo, la acompañaron en su infancia y que despertaron la nostalgia en San Luis Potosí.
“Cien años”, “Sabor a mí”, “Perfume de gardenias” y “Bésame mucho” fueron canciones que la cantante hizo suyas y aunque han pasado por muchas voces, Natalia Jiménez logró imprimirles su peculiar toque.
Con tono de confesión, contó que desde la mañana previa al concierto se encontraba algo nerviosa, que tiene déficit de atención y a veces la medicación no hace lo suyo, pero prefería compartir esa situación con el público para que éste supiera “y si hago alguna pendejada, me la perdonan”.
Añadió que minutos antes se le atoró el tacón en una prenda y no podía continuar con su presentación. “Cuando salgo al escenario, ustedes no lo notan pero yo estoy histérica”, relató a los asistentes, quienes conmovidos la hicieron sentir acompañada, para que se relajara y continuara con el show.
Luego de cantar “Piel canela”, hizo saber a las y los potosinos su alegría por estar otra vez en San Luis y les ofreció volver las veces que quieran, “y las enchiladas potosinas también cuando quieran, me encantan, tengo un problema, un pedo con eso”, reconoció.
Una versión instrumental de “Oye como va”, en la que resaltaron los metales, sirvió como pausa para que Natalia Jiménez se vistiera con un llamativo vestido color rosa pastel.
Con “Canta, canta, canta”, de José Alfredo Jiménez, la española inició el segmento con mariachi y para mantener arriba el ánimo del público, continuó con “Me gustas mucho”, tema compuesto por Juan Gabriel y popularizado por Rocío Dúrcal.
Ya para ese momento del concierto, Natalia Jiménez tenía totalmente cautivos a los asistentes, y sabía que con su siguiente canción, el dolor y los recuerdos por amores perdidos provocarían que las mujeres cantaran a todo pulmón: “Ya lo ves, la vida es así, tú te vas y yo me quedo aquí, lloverá y ya no seré tuya, seré la gata bajo la lluvia, y maullaré por ti”.
Jiménez cerró el homenaje a “Marieta” con una extraordinaria interpretación de “Costumbres”.
La pausa para obsequiar algunas playeras tuvo su momento más divertido cuando Natalia Jiménez regaló una prenda y hasta una serpentina a una joven embarazada, quien aprovechó para tomarse una “selfie” que la cantante hizo posible a pesar de la distancia entre las sillas y el escenario.
Ya en medio del ambiente de complicidad y conexión que se sentía en Fundadores, la española adelantó que la canción que seguía en el repertorio la escribió un día que se encontraba fregando y barriendo, “así fue como me salió lo más rentable de mi vida”.
Pocas fueron las personas que se abstuvieron de cantar ya a todo pulmón: “Me muero por besarte, dormirme en tu boca; me muero por decirte que el mundo se equivoca”.
Con “Quédate con ella” se armó una fiesta masiva, en la que la letra de desencanto por una infidelidad se convirtió en pretexto para que miles de mujeres gritaran: “Yo no plancho ni barro, ni voy por cigarros, ni tiendo la ropa ni lavo cacharros. Que otra aguante este maltrato, ya no puedo más…”
Ya con la euforia al tope, Natalia Jiménez invitó al público a tomarse una “selfie”, y para ello subió su esposo al escenario, a quien a petición de la gente le dio un beso. Luego, les solicitó a los asistentes que después de que ella se grabara diciendo que estaba en San Luis Potosí, “ustedes me hacen un desmadre como si se estuviera acabando el mundo, como si no hubiera aranceles” y fue así como guardó en su teléfono la evidencia de una gran noche.
“¿Cómo me voy a ir sin cantar ‘El sol no regresa’?”, dijo la española, quien con su gran voz, sentido del humor y 20 temas que llegaron al corazón, convenció con creces al público potosino, aquel que al inicio del concierto estaba cohibido y que para la última canción se olvidó de las sillas y los sentimientos reprimidos. Así, Natalia Jiménez agradeció el cariño de las y los potosinos y no hizo falta nada más.
“¡Qué gran show!”, se escuchó decir a una mujer cuando se enfilaba hacia una calle alterna a Fundadores. Y sí, ese era el sentimiento que imperaba en el ambiente.
San Luis Potosí creyó en Natalia Jiménez… y vaya que ella le cumplió.