Casi al finalizar el pasado proceso electoral y siguiendo el discurso del Gobierno Federal, en San Luis Potosí, el grupo afín al gallardismo comenzó con la narrativa de que era el “tiempo de mujeres”. Durante sus discursos, tanto el gobernador Ricardo Gallardo Cardona como la senadora Ruth González Silva hablaron sobre la importancia de que la entidad fuera gobernada por una mujer.
A esta narrativa se sumaron diputados locales y federales del Partido Verde Ecologista de México, así como funcionarios del gabinete estatal. Sin embargo, a la mitad de su sexenio, Gallardo Cardona no solo no ha cumplido su promesa de campaña de conformar su gabinete con un 80% de mujeres, sino que, además, la mayoría de los cargos más importantes han estado reservados para los hombres.
Con la presentación de la iniciativa presidencial contra el nepotismo, que incluye un candado para evitar simulaciones (es decir, que un gobernador pueda heredar el cargo a su esposa mediante un divorcio exprés), el panorama político a nivel nacional cambiará, pero no tanto como ya ocurre en San Luis Potosí.
Al ser cuestionada sobre este tema la mañana de este miércoles, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que se trata de una solicitud ciudadana que recogió durante la campaña. Sin embargo, ¿la iniciativa contra el nepotismo tiene una dedicatoria especial para evitar que Gallardo Cardona deje a su esposa en el cargo? En los últimos años ha resultado evidente la construcción de una maquinaria para llevarla al cargo en 2027, con cargo al erario.
Desde antes de que se hicieran públicos los detalles de la iniciativa, la senadora no solo disminuyó el ritmo de una campaña adelantada apoyada por alcaldes y alcaldesas de su partido, sino que también redujo su exposición pública en algunas de estas reuniones. De igual forma, la narrativa de que era “tiempo de mujeres” desapareció prácticamente del discurso del mandatario estatal.
Y es que, aunque el gobernador presume que cuenta con diez candidatos listos para ganar en 2027, en realidad solo tiene algunos perfiles medianamente competitivos—no más de cinco—y todos son hombres. No tanto como una política partidista, más bien gallardista; este grupo político ha mostrado poco interés en proyectar de forma destacada a otros perfiles que no sean el del mandatario y su esposa, y mucho menos ha impulsado mujeres, ni siquiera para hacer más creíble su discurso de respaldar la llegada del género femenino a posiciones de poder.
PUNTOS SUSPENSIVOS
La fiscal General del Estado, una mujer de excelente trayectoria profesional, parece estar cada vez más cansada de recibit instrucciones de Palacio de Gobierno, las cuales ponen en duda el prestigio personal de Manuelita y manchan su trayectoria personal. La gota que derramó el vaso es el manejo que se le ha dado al lamentable caso de Daniela Martell.