La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, anunció ayer domingo en Mazatlán que el gobierno federal no abandonará a Sinaloa, en medio de una guerra interna del narcotráfico que ha dejado más de 500 asesinatos desde septiembre pasado.
En el puerto, la mandataria encabezó dos reuniones con el equipo de seguridad y gabinete de Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa.
En un evento público, Sheinbaum dijo que este estado no será abandonado por las autoridades federales y la titular del Ejecutivo. Enfatizó que su estrategia de seguridad se basa en atacar las causas de la violencia mediante el fortalecimiento del tejido social y la implementación de un sistema de justicia efectivo.
“No es un asunto de mano dura y no se trata de eso, se trata de construir justicia social en nuestro país y, al mismo tiempo, un verdadero sistema de justicia que funcione”, declaró.
La presidenta también se refirió al nuevo secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Óscar Rentería Schazarino, quien asumió el cargo ayer para suceder a Gerardo Mérida Sánchez tras dimitir a su responsabilidad, lo que significó la segunda salida del mando de seguridad en la gestión de Rocha Moya. Sheinbaum anunció que trabajará en estrecha coordinación con las autoridades locales y federales para garantizar la protección ciudadana y erradicar la impunidad.
Esto, luego del conflicto entre las fracciones de Los Mayos y Los Chapitos, que se generó tras la entrega de uno de los fundadores del Cártel de Sinaloa, Ismael ‘El Mayo’ Zambada, el pasado 25 de julio, por parte de Joaquín Guzmán López, hijo del capo Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
La guerra interna suma casi cinco meses, siendo en septiembre cuando los enfrentamientos, levantamientos, desapariciones y asesinatos escalaron hasta los más de 500 homicidios, paralizando en diversas ocasiones las actividades económicas y sociales, lo que ha ocasionado el cierre de empresas y la inasistencia a los centros educativos.