Como si el tiempo no hubiera transcurrido y el mundo no tuviera tantos cambios en las últimas décadas. Así vivieron este domingo miles de potosinos que por unos minutos se olvidaron del proceso electoral para disfrutar del paso del Empress 2816, un antiguo tren de vapor que cruzó San Luis Potosí como parte de su trayecto desde Calgary, Canadá hasta la Ciudad de México.
Desde cerca de las cinco de la tarde, personas de todas las edades comenzaron a buscar un espacio junto a las vías México-Laredo, en la capital potosina, para ser testigos del paso del tren, ese que por primera vez recorre, en un solo viaje, la vía ferroviaria que conecta Canadá, Estados Unidos y México.
En la calle Arenal, por donde es posible acceder a las vías, los automovilistas buscaban un espacio para estacionarse, algunos incluso improvisaron cajones para aparcar entre la maleza de vialidades aledañas.
La mayoría de los asistentes comenzaron a situarse junto a unas paralelas, pero minutos después, trabajadores de Kansas City Southern les recomendaron caminar hasta un cruce ubicado cerca del puente Naranja, pues sería por esa otra ruta por donde la locomotora de vapor pasaría antes de llegar a la Alameda Juan Sarabia.
La lluvia amenazó con caer, pero fue benévola con quienes esperaban al Empress 2816. Había desde bebés en brazos hasta adultas mayores que caminaban tan rápido como su movilidad y sus andaderas les permitían, con tal de encontrar un buen lugar para contemplar el paso del tren. Se notó la presencia de familias enteras, muchas incluso acompañadas por sus perritos.
El sonido de una bocina entusiasmó a la gente, pero se trató de una falsa alarma, pues lo que apareció en el horizonte fue un tren de Kansas City Southern con pipas de Pemex, de esos que sí se ven comúnmente en la capital potosina.
Los minutos siguieron pasando pero el ánimo nunca decayó. Un helicóptero de Seguridad Pública del Estado sobrevoló la zona, lo que sirvió como señal de que no faltaba mucho para la llegada del tren de vapor.
Las 18:45 era la hora anunciada para el paso del Empress 2816. Y fue tan solo 10 minutos después cuando la bocina del tren de vapor comenzó a escucharse a lo lejos.
Las personas se acomodaron en los mejores lugares posibles, eso sí, a 5 metros de distancia de las vías del tren para no correr riesgos. También alistaron sus celulares para captar el esperado momento.
Y así, en una curva a lo lejos se asomó la luz del Empress 2816. Los gritos de emoción no se hicieron esperar, algunas personas comenzaron a agitar banderitas de México y poco a poco, el tren de vapor dejó de parecer pequeño para convertirse en una monumental maquinaria que asombró a quienes con mucho entusiasmo la esperaban.
La locomotora de vapor, perfectamente arreglada para la ocasión y con su número de identificación, 2816 muy visible, pasó ante los ojos -y pantallas- de los espectadores, mientras el maquinista se asomaba por la ventana para ser testigo de la expectación provocada por ese histórico momento.
A esa locomotora le siguieron cerca de 20 vagones, casi todos en color vino y con letreros de Canadian Pacific y Kansas City, que forman parte del recorrido bautizado como Final Spike Anniversary Steam Tour, el cual inició el 24 de abril pasado y tiene como finalidad celebrar el primer año de Canadian Pacific Kansas City, empresa que surgió a partir de la fusión de Canadian Pacific Railway (CP) y Kansas City Southern (KCS), concretada el 14 de abril de 2023.
En algunos momentos, el personal que viajaba a bordo del tren se asomaba para saludar a la gente. También a través de las ventanas fue posible observar cómo es el tren por dentro e incluso, imaginar cómo eran los viajes en los años 30.
Y poco antes de que terminara el paso de los vagones, un detalle sorprendó a los asistentes: el personal de Canadian Pacific Kansas City portaba una bandera mexicana y ante la multitud gritó: “¡Viva México! ¡Viva San Luis Potosí!”, eso sí, con acento extranjero, pero eso no fue impedimento para que las y los potosinos agradecieran tan emotivo gesto.
Con un último vagón con cubierta transparente concluyó el paso del tren. La gente poco a poco empezó a caminar entre las vías, piedras y terracería para volver a sus hogares, mientras comentaba sus impresiones y los datos históricos que conocían sobre el Empress 2816, esa locomotora de vapor 4-6-4 tipo Hudson, construida en 1930 por Montreal Locomotive Works y que originalmente fue destinada al servicio rápido de carga y pasajeros en el este de Canadá. Funcionó durante la Gran Depresión, la Segunda Guerra Mundial y otras épocas, hasta su retiro en mayo de 1960.
Los ciudadanos volvieron a la normalidad, al tráfico, a ese mundo moderno que ya bien conocen, pero con el recuerdo que les dejó el Empress 2816, un espectáculo gratuito y que, quizá, muchos de los asistentes -si no es que todos- no tendrán oportunidad de volver a disfrutar.