Acrobacias en el aire y una buena dosis de rock caracterizaron la octava jornada del festival “San Luis en primavera”, gracias a la presentación de Muaré Experience, un espectáculo creado por la compañía francesa Voalá Project.
En una Plaza de los Fundadores más despejada que en el resto de los eventos, las sillas se acomodaron alrededor de la plancha y los organizadores invitaron al público a ocupar el espacio central y sentirse libres de sentarse en el suelo, para apreciar mejor el show.
A las ocho de la noche, la banda de rock The Beautiful Taste subió al escenario principal del festival y comenzó la descarga musical, mientras desde una enorme grúa situada sobre la calle Álvaro Obregón, pendía un círculo cubierto con una tela, en cuyo interior se podía ver una silueta humana, la cual tenía unas luces en sus manos y realizaba diversos movimientos, muchos de ellos similares a los de un nadador.
Luego de ese primer acto, apareció un móvil gigante suspendido a más de 30 metros de altura, y en él había 12 acróbatas vestidos con atuendos a rayas, los cuales al ritmo de la música realizaron vistosas coreografías aéreas.
El público, en especial niñas y niños se emocionaron sobremanera cuando los artistas lanzaron desde el cielo papelitos de colores, muchos de los cuales recogieron para llevárselos a manera de souvenir.
Además de la realización de piruetas con alto grado de complejidad, los artistas formaron figuras en el aire mientras animaban a las y los asistentes a acompañarles con aplausos al ritmo de la música.
Entre canción y canción, los acróbatas descendían al centro de la plaza para preparar sus arneses u otros elementos para el siguiente número, y de nueva cuenta se elevaban por los aires para cautivar al público.
Y mientras el vocalista de la banda de rock animaba a las y los asistentes preguntándoles si querían más, a lo que la respuesta era siempre “¡Sí!”, cada uno de los acróbatas se equipó con una pequeña maletita, lo que anticipó que una sorpresa estaba por ocurrir.
Llegó el momento del acto final. Los artistas continuaron haciendo gala de su talento y entusiasmaron a la gente cuando liberaron coloridas serpentinas, para después continuar con más papelitos coloridos y cerrar con el lanzamiento de espuma mientras se acercaban al público, para luego subir y alejarse, movimientos que repitieron en varias ocasiones.
Una vez concluido el espectáculo aéreo, los acróbatas acompañaron en el escenario al grupo de rock y bailaron al ritmo de las intensas notas musicales.
Y aunque podría pensarse que esa música no es para todos los gustos ni para todas las edades, entre el público se vio a niñas y niños brincar y gritar, además de acompañar al grupo que coreaba: “¡Hola!, ¡qué tal!”. También disfrutaron del espectáculo personas con síndrome de Down, hubo adultas mayores bailando al ritmo de la música y hasta un hombre con discapacidad que dejó su silla de ruedas para sumarse al fervor musical.
Para cerrar su presentación, el grupo anunció que interpretaría una canción que no estaba prevista, pero que regalaría de manera muy especial al público potosino. Con ello “Comfortably numb”, de Pink Floyd, tema con el que concluyó una noche mágica de un show que no se había visto antes en la capital potosina.