El queso es uno de los alimentos infaltables en la dieta popular, por su sabor, variedad, nutrientes, y porque además combina tanto dentro de una quesadilla como en un mollete o rallado sobre pasta.
El 27 de marzo se conmemora el Día Mundial del Queso, creado originalmente en Francia en 2001. El queso es una fuente importante de nutrientes como proteínas, vitaminas y calcio, y las numerosas variedades hacen de este un alimento muy versátil para añadir a sus recetas.
En Francia, la Asociación Quesos del Terruño creó en 2001 el Día Nacional del Queso para ser celebrado el 27 de marzo de cada año y recordar a los consumidores y amantes de la comida que el queso francés de leche cruda es un tema nacional importante.
En este país donde se calcula que se elaboran hasta 1800 variedades de queso (dependiendo de la clasificación), para muchos es más que un producto alimenticio, sino un símbolo de su cultura, su saber, la diversidad y color de nuestra tierra, la variedad de razas animales que han modelado el paisaje y la reputación gastronómica en todo el mundo, como indicó La guía del queso (en francés).
Los hallazgos arqueológicos más antiguos han sido hallados en el Antiguo Egipto. Donde se cree que se elaboraban quesos frescos similares al requesón, batiendo leche, almacenándola en sacos de piel de cabra y filtrándola en esteras de caña. Cuna de su origen también fue la Antigua Mesopotamia donde fue encontrada la ‘La Lechería’. Un friso sumerio del templo de la diosa de la vida Ninhursag que muestra detalladamente las fases de producción de queso, desde el ordeño, el batido y el filtrado hasta el almacenaje.
El queso en la Antigua Grecia. Donde no se comía solo, sino mezclado con harina, miel, aceite, pasas y almendras. Pero, fue la Antigua Roma quien catapultó su popularidad hasta límites insospechados. Los antiguos romanos consumían queso, sobre todo de cabra, prácticamente a diario y lo condimentaban con tomillo, pimienta, piñones y otros frutos secos. Su proceso de elaboración era muy similar al que utilizamos en la actualidad y fue este el que se extendió en todos los confines del Imperio.
El queso comparte casi la mayoría de las características nutricionales de la leche, por lo que es una fuente importante de calcio, proteínas y vitaminas. Su composición nutricional varía en función del contenido de agua que se utiliza en su elaboración. A menor cantidad de agua, mayor concentración de nutrientes por 100 gramos de queso.
El queso contiene proteínas, en cantidad superior que la leche, de alto valor biológico que ayudan a formar, reparar y mantener los tejidos del cuerpo. También tiene calcio, esencial para formar y mantener los dientes y huesos sanos, y es esencial para el funcionamiento del sistema nervioso y muscular.
Es un alimento rico en vitaminas A y D, ambas vitaminas ayudan al cuerpo a absorber el calcio y a mantener los huesos y los dientes sanos. El queso también es rico en vitaminas del grupo B, entre las que destaca la vitamina B12, la B9 (ácido fólico), la B1 (tiamina) o la B2 (riboflavina).
Contiene todos los aminoácidos necesarios para que nuestro organismo funcione correctamente y es una gran fuente de ácido linoleico conjugado (CLA), relacionado con la prevención de ciertos tipos de cánceres como el de colon.