Texto y fotos: Nataly Gómez
Las y los potosinos se entregaron ayer domingo por la noche a Mario Bautista, quien llenó con su música la Plaza de Aranzazú durante el concierto que ofreció como parte del festival internacional “San Luis en Primavera”.
En una noche cargada de emociones y recuerdos, Sofia Thompson subió al escenario alrededor de las 19:00 horas y desató una ola de fervor entre los asistentes que ya ansiaban el momento. La apertura fue como un fuego que corre y quema, con canciones como “Cool” y “Dame guerra”, que encendieron los corazones de los presentes. Pero fue cuando entonó un cover de “Sálvame” que la audiencia se entregó por completo, con suspiros de nostalgia.
Entre luces de celular y acordes de guitarra, Sofía presentó “Arde”. Las letras de canciones como “C.A.T.” y “Uno de los dos” resonaron en el aire, llevando a muchos al borde de las lágrimas mientras recordaban amores pasados y promesas rotas.
Pero cuando Sofía dejó el escenario, el clamor de la multitud se transformó en un solo grito: “¡Mario!,¡Mario!” Las emociones se desbordaron entre los asistentes, algunos recordando sus primeros álbumes mientras otros celebraban sus éxitos más recientes.
Mientras la multitud lo voceaba, en la parte de atrás del escenario Mario tuvo una corta charla con algunos medios de comunicación, en donde habló de su nueva canción, un cover de “Maracas”, el cual grabó con Leonardo Aguilar en homenaje a Joan Sebastian y antes de subir al escenario, recomendó ver la vida a través del amor, para disfrutar, aceptar y compartir sin juzgar.
Desde las primeras horas de la mañana, fans de todas partes del país se congregaron para esperar por ese espectáculo. Y cuando Mario Bautista apareció en el escenario, por toda la plaza se escucharon los gritos de jóvenes, muchos, fans desde la infancia.
Con un “Viva México, cabrones” comenzó el concierto, brindó con el público y cantó “Tequila”. Canciones como “Mal de amores”, “Regálame”, “Ay!” y “No digas nada” resonaron en el aire, mientras el público bailaba y cantaba al unísono. La plaza retumbó por los gritos cuando sonaron “Ven a bailar” y “Si me das tu corazón”, ambas canciones de su primer álbum hicieron que la nostalgia y la voz del público rebasara el sonido de las bocinas.
Después de algunas burlas cariñosas a las cartulinas que no logró entender, Mario cantó “Sofía” mientras Jaquie, “la elegida” de la noche, era subida al escenario para recibir flores de parte del cantante y disfrutar de la canción a su lado.
“Efímero”, “Cinco” y “Pal viejo” se escucharon en la plaza y el público se volvió a emocionar cuando cantó “Anónimo”, su reciente colaboración con Karol Sevilla, su pareja.
Carteles con frases como: “Cabrón, sí pudiste” hicieron al artista emocionarse y decir: “Sí se pudo, familia”, al lado de sus fans, los cuales le aventaron flores y suéteres mientras recordaban los inicios de Mario, con álbumes enteros que acompañaron en su adolescencia a los que hoy son adultos. Hombres y mujeres que crecieron siguiéndolo cada vez que pisaba la ciudad.
Más allá de la música, el artista compartió mensajes de empoderamiento y superación, inspirando a sus fans a perseguir sus sueños e ignorar las dudas que puedan surgir en el camino y para reforzar este mensaje, cantó: “Mejor así”, “Cabrón, yo puedo” y “Brindo”, para luego bajar del escenario.
El presidente municipal, Enrique Galindo Ceballos subió al escenario mientras el público pedía el regreso de Mario, quien momentos después se sumó al alcalde para recibir “en nombre de la ciudad”, un reconocimiento por su asistencia al festival “San Luis en Primavera”, el cual agradeció con un grito para, en sus palabras, “lo más importante de esta noche”, el público asistente.
Y para aprovechar su regreso al escenario, el artista decidió cantar uno de sus mayores éxitos, “Baby Girl”, el cual fue coreado más que ninguna canción durante la noche.
Después del gran espectáculo se despidió con besos al aire, bajó del escenario y corrió a donde ya lo lo esperaban para retirarse del lugar, aunque como último acto, frenó frente a la plaza y salió al techo de su camioneta para despedirse y mandar besos, mientras sus fans corrían y trepaban las rejas de Aranzazú para poder verlo por última vez en la noche.