Seis intérpretes y una orquesta fueron más que suficientes para que las miles de personas congregadas en la Plaza de Fundadores disfrutaran de una noche llena de romanticismo y recuerdos, durante la segunda fecha del festival internacional “San Luis en Primavera”.
La Big Band Jazz de México, bajo la dirección del maestro Ramos, incluyó a San Luis Potosí en los festejos por su 25 aniversario, y acompañada por sus amigos Aleks Syntek, Kika Edgar, Aranza, Iván Caraza, Karely Esparza y Alfonso Alquicira demostró por qué es una de las mejores del país.
El grupo Agathe fue el encargado de amenizar el momento previo al concierto de Big Band Jazz de México & Friends. Al ritmo de cumbia francesa, los músicos y la vocalista que se presentaron en la capital potosina para representar a Francia, el país invitado, crearon una atmósfera entre animada y divertida con su peculiar estilo, su ritmo contagioso y el buen sentido del humor que los caracteriza.
Una vez que Agathe se retiró del escenario, las y los integrantes de la orquesta comenzaron a tomar sus lugares, acompañados por sus saxofones, trompetas, percusiones, batería, guitarra eléctrica, bajo eléctrico y otros instrumentos que desde sus primeros acordes dejaron claro que sería una noche muy especial.
Comenzó el show y los edificios que rodean la Plaza de los Fundadores vibraron con las notas al ritmo de jazz, pues los músicos de manera individual y en conjunto demostraron su gran talento.
Un solo de saxofón y otro de percusiones causaron gran emoción, pero fue el baterista quien logró que el público lo acompañara al ritmo que él marcaba.
Y cuando la gente ya estaba metida en el espectáculo musical, al escenario subió Karely Esparza, quien hizo gala de su gran voz al interpretar “I have nothing”, tema que popularizó Whitney Houston, seguido por “Rolling on the river”, en homenaje a otra gran diva, Tina Turner.
Terminó el turno de Karely y comenzó el de Alfonso Alquicira, quien provocó una gran euforia con un popurrí del disco “Secretos”, de José José, en el cual incluyó los temas “He renunciado a ti”, “Lágrimas”, “El amor acaba”, “Lo dudo” y “Voy a llenarte toda”. El público coreó cada una de esas canciones, en algunos casos con un profundo sentimiento y seguramente, con mucha nostalgia.
Las emociones para ese entonces ya estaban a flor de piel, el momento perfecto para que Aranza hiciera recordar a Camilo Sesto y José José con una gran interpretación de “Vivir así es morir de amor”, “Volcán” y “Perdóname”, para después traer a la mente a Rocío Jurado a través del tema “Señora”, esa que habla de una ruda confesión:
“Cuando supe que existía usted
Señora
Ya mi mundo era sólo él
Señora
Ya llevaba dentro de mi ser
Su aroma…”
Los aplausos no se hicieron esperar y fue entonces que Aranza dio paso a uno de los temas que más fama le han dado: “Dime”, para luego invitar al público a bailar al ritmo de “Oye como va” y “Me importas tú”. Poco a poco, las personas se animaron a dejar la pena a un lado y atender el llamado a moverse al ritmo de la música.
Aranza agradeció la calidez de la gente y dejó el escenario listo para Iván Caraza, quien inició su presentación con “Perfume de gardenias” cuya interpretación no fue la mejor, pues fueron evidentes algunos fallos vocales e incluso olvidó parte de la letra del coro de la popular canción.
Su actuación mejoró en los temas subsecuentes: “¿Quién será?”, “La última noche que pasé contigo” y “Más que tu amigo”.
Llegó por fin el turno de una de las cantantes más esperadas de la noche: Kika Édgar, quien sin más se apoderó del escenario con su potente voz y la intensa letra de “Acaríciame”, tema que Lupita D’Alessio convirtió en todo un himno.
La gran calidad vocal de Kika Édgar estuvo acompañada por una interpretación tan emotiva que llegó al alma de las miles de personas, muchas de las cuales se olvidaron del pudor y cantaron a todo pulmón:
“Acariciame;
Entrégate como me entrego yo;
Y qué importa que no sepa ni tu nombre
Pues mañana puede ser quizá otro hombre
El que esté en mi lecho haciéndome el amor”.
Ya con el público extasiado después de escuchar “Se nos rompió el amor”, llegó un poco más de ritmo al recordar a Ana Belén con el tema “Derroche”, y para subir el entusiasmo le siguió “Qué bello”. Bastaron los primeros acordes para que casi de inmediato, la gran mayoría de la gente se levantara de sus asientos o encontrara el mejor lugar para dejarse llevar por la pegajosa canción. Hasta el alcalde capitalino Enrique Galindo Ceballos, quien nunca oculta su gusto por el baile, buscó de inmediato a su esposa Estela Arriaga Márquez y juntos hicieron una demostración de sus mejores pasos.
El público aplaudió emocionado para agradecer la interpretación magistral de Kika Édgar y la Big Band Jazz, y ella se despidió del escenario, pero el entusiasmo de la gente era tal que con una amplia sonrisa en su rostro, regresó y para que el ánimo no decayera cantó “Amor de mis amores”, que también contagió de alegría a todos los presentes.
El ambiente se apoderó de Fundadores pero aún faltaba mucho más, y así lo demostró Aleks Syntek, quien inició su presentación con el tema “Loca”, que formó parte de la telenovela “Los exitosos Pérez”.
Llegó el turno de “Te soñé”, canción en la que el público iluminó la Plaza de los Fundadores con las luces de sus celulares y para cuyo final Syntek decidió adueñarse del teclado, con el argumento de que “las sorpresas también son parte del evento”.
Un tema que lució en todo su esplendor gracias al talento de la Big Band Jazz de México fue “Historias de danzón y de arrabal”, que fue muy coreada por el público y que habla de aquellas anécdotas que se viven al calor de las copas y en un congal, según explicó el cantautor.
Antes de su siguiente interpretación, Syntek narró que en 1997, después de la desaparición de su grupo “La gente normal” y tras “Lindas criaturitas”, no lo contrataban mucho y la disquera estaba molesto con él, pues lo acusaban de no vender porque su música estaba muy rara. Además su manager lo demandó por negarse a grabar un disco que no lo convencía, perdió sus ahorros en UDIS por culpa del Fobaproa y su pareja lo dejó porque tomaba mucho y lo veía muy alterado.
Fue en ese momento que una persona lo contactó para pedirle que hiciera la música para su ópera prima en la que adaptaría una obra de teatro para cine y por lo cual le pagarían “3 pesos”. Después le solicitó una canción que identificara a la película y para ello Syntek escribió un tema sobre la relación con su expareja, en la que le pedía que replanteara y regresara con él. Al mismo tiempo, el nuevo responsable de la disquera le pidió ver qué estaba haciendo y le comentó que ese tema “tenía duende”.
Syntek no se había dado cuenta de cuán importante sería la canción hasta que fue al cine a ver una película de Nicolas Cage y ahí escuchó los acordes del tema que después le ayudaría a volver con su pareja, casarse con ella y tener hijos.
Así, llegó el momento más emotivo de la noche: “Sexo, pudor y lágrimas”, que el público cantó a todo pulmón.
Al término de la canción, y mientras las autoridades subían al escenario para entregar un reconocimiento a quienes ofrecieron un memorable concierto, desde lejos se escuchaba una petición: “Duele el amor”. Syntek, quien incluso se probó uno de los chalecos sensoriales para personas con discapacidad auditiva, atendió la solicitud del público y junto al resto de las los cantantes que deleitaron a las y los asistentes -excepto Aranza, quien se retiró antes de tiempo por cuestiones de salud-, interpretaron el tema que la gente esperaba.
Ya para entonces, el orden de las sillas, los pasillos y espacio entre el público y el escenario se volvieron un desorden, pues el público se arremolinó junto al escenario para ver de cerca a la Big Band Jazz, así como a Aleks Syntek, Kika Edgar, Iván Caraza, Karely Esparza y Alfonso Alquicira, quienes juntos protagonizaron un cierre memorable después de una noche para recordar.